19 de mayo de 2012

No es difícil convertir el otoño en primavera.

Ahora es el momento de hacer lo que más quieras. No esperes al lunes, ni esperes a mañana. Que no aumente en ti la caravana de sueños pisoteados. Ya no esperes, no reprimas por miedo o cobardía, no postergues la vida con más muerte y no esperes nada de la suerte, que no hay más que tu tesón y tu energía. Dale forma a tu sueño como el viento que vive y se transforma. Y para que todo resulte a tu manera, redacta para ti mismo tu norma y convierte tu otoño en primavera.

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